domingo, 30 de mayo de 2010

The Road


En los primeros segundos de la película se nos muestra un cuadro que estará ausente por el resto de la misma. Vemos un mundo con arboles y flores, lleno de colores, sonidos y, sobretodo, de vida. La imagen se corta a una con tonos más grisáceos para presentarnos lo que veremos las siguientes dos horas. Un mundo muerto donde llueve ceniza y el mar dejó de ser azul años atrás, donde no existe una luz al final del camino y donde no hay razón para avanzar, excepto la de seguir vivos por un rato más para continuar caminando sin rumbo por la carretera.

La primera vez que me acerqué a The Road de Cormac McCarthy (el autor de No country for old men), leí cien páginas y lo abandoné a la mitad para dejarlo en el montón de libros que tienen la etiqueta de "después". Me pareció muy lento y algo aburrido, no me atrapó y no lo pude terminar. No recuerdo qué hizo que volviera a reiniciar la lectura, tal vez fue enterarme de que se preparaba una película y quería unirme al hype o alomejor muy en mi interior quería soltar el 'no, el libro es mucho mejor' que tanto le gusta al crítico de cine fantoche después de ver una adaptación. A lo que quiero llegar es a que esta segunda lectura provocó todo lo que en la primera no encontraba por ningún lugar. Me atrapó desde la primera página y no pude soltarlo. El viaje de un padre y su hijo por un mundo post apocaliptico, en una prosa casi poética, me golpeó como ningún otro libro lo ha hecho. A pesar de ser muy adictivo, tuve que dejar de leerlo a ratos por lo mismo. A ver si un día de estos retomo la lectura de Blood Meridian (del mismo autor) que inicié hace un año.

The Road (al igual que su contraparte escrita), es una película muy difícil. Lo que pasa es que ni siquiera intenta entretenerte. El director sabe que tú no estás ahí por eso y con esto logra captar la esencia de la novela. Al igual que en el libro, no hay un cómo, un cuándo o un por qué. Los personajes simplemente están ahí y el espectador debe de aceptarlo, lo demás se deja a la imaginación.

El único problema que le encontré a la película es que aquí, a diferencia de la novela, el mundo es un mero artificio para que los personajes existan, cuando debería de ser un personaje independiente. Pero es notable lo que el director intentó hacer, seguir la narrativa del libro, la travesía del padre y el hijo, en lugar de hacer un retazo del mundo después de un apocalipsis desconocido. Lo que sí no se le perdona es que a ratos parece que estuviéramos viendo Capital Wasteland con unos cuantos retoques, en lugar del infierno que McCarthy describe en la novela.

A pesar de eso, The Road es una gran película por donde se le busque. Todo encaja y fluye de una manera muy natural. La música va de la mano de una dirección más que efectiva y de actuaciones igual de buenas (que no existirían con un mal guión). No hay nada fuera de lugar o que salga sobrando, es lo suficientemente fiel como para considerarse una buena adaptación y lo suficientemente autónoma para ser una buena película.

En un momento de la película, el hijo, con la mirada clavada en el mar, le pregunta al padre 'what’s on the other side?' a lo que el padre responde 'maybe there's a father and his little boy and they're sitting on the beach too' y a nuestros ojos, los del espectador, podría ser cierto. Pero nada más nos toca ver (y sufrir) lo que los protagonistas ven. Lo demás no importa.

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